martes, 13 de marzo de 2012

La Fogata (3er capitulo)

Un túnel, un rayo de sol o tal vez algunas nubes, dicen que al morir es lo primero que vemos. En mi caso era una simple oscuridad. Me sentía atrapada en una gran camisa de fuerza que en este caso no había sido tejida con tela, sino con las mas fuertes rocas. Pero comencé a ver luz, muy tenue, dispersa y empecé a comprobar que lo que decían era cierto, ya mi alma había abandonado mi cuerpo, el cual tal vez estaba en medio de el bosque siendo el placentero banquete de las aves de carroña o quizá, si había tenido suerte, la policía ya había encontrado mi frio y esquelético cadáver. Rogaba que un ángel me tomara de la mano y me llevara al paraíso, pero lo primero que vi al poder aclarar mi visión, fueron unos labios definidos, rojos claros como la manzana más dulce, por la cual estaba decidida a ser expulsada del frondoso paraíso. Pero mi olfato pudo distinguir algo, era ese olor a naturaleza, el tan agradable y cálido dueño de tal boca y también dueño de aquellos brazos que me abrazaban fuertemente; Dante me tenia atrapada entre sus brazos, estaba tirado junto a mí, sobre mi cama, por unos segundos observe su perfecta figura, y fue cuando al parecer mi cerebro había regresado a mi cabeza y con un pequeño salto hasta quedar sentada en la cama grite---Que paso? Que haces tu acá?---El abrió los ojos y se asusto un poco, me intento calmar diciendo---Estaba acompañando a Lucie a comprar las cosas para su cumpleaños y…---Yo lo interrumpí---Lucie? Cumpleaños? Como entraste a mi casa? mi laptop!!! Estoy bien? Estoy viva?---Mientras me hacía preguntas a mi misma algo enloquecida, pude ver como Dante se burlaba de mi, y entre risas dijo---Te explicare todo; (suspiro) Lucie es una amiga que vive medio cerca a este lugar, esta de cumpleaños en una semana y le estaba ayudando a planear todo, fue cuando recibí una llamada tuya, pensé que andabas algo ebria por cómo me hablaste, apenas pudiste guiarme del lugar en el que estabas y luego… la llamada se corto, pero pude dar contigo, me asuste mucho cuando te vi ahí tirada en el piso, te traje hasta la casa, saque las llaves de tu maleta y quise asegurarme de estar a tu lado cuando despertaras, fin de la historia---El dejo de hablar y yo solo le observaba sus labios, reaccione y dije---Mi laptop está bien? --- La abrí y al parecer estaba en perfecto estado, suspire y le dije muy suavemente---Gracias, esto no se me puede averiar --- Baje mi mirada algo avergonzada y le dije---Al parecer es muy tarde, si deseas quedarte…---No había terminado de hablar y el extendió su brazo dándome aviso que volviera a su regazo, quería abrazarme y dormir a mi lado, y así fue, me deje abrazar toda la noche por un extraño, y en realidad sentía como el bosque me abrazaba y proporcionaba calor a el iceberg que esa noche en especial era mi cuerpo.

Cuando el sol iluminaba los pasillos de la gran casa y había desayunado junto a Dante, el puso la fotografía de una hermosa chica sobre la mesa, pero debajo, la foto tenía  el gran enunciado SE BUSCA. Lo mire preocupada mientras el se ponía su chaqueta y le dije---Que le paso?---El puso su cálida mano sobre mi mejilla y dijo---Desapareció hace una semana atrás, estoy ayudando a la policía y a los guardabosques con su búsqueda, esperamos encontrarla---Dejo de hablar y tan solo me miro sonriente, esto causo en mi clara piel enrojecimiento y le di la espalda, el se rio y dijo---Te quedo delicioso el desayuno, debes ir al cumpleaños de Lucie… cuídate---Beso mi cuello y se fue. Corrí a poner los dos seguros, después regrese a la cocina y observe la chica de la foto.

Odiaba las fotografías desde que mi abuela decidió volverme modelo de sus abrigos en lana; y ese día en el colegio nos tomarían la foto para el carnet estudiantil, ahora si me empezaba a sentir con algo más de autoridad en la secundaria. Me observaba en el espejo del baño de mi colegio y mi atuendo no era tan bonito como el de las demás niñas, me sentía avergonzada y no quería posar enfrente de aquel camarógrafo.

---Vamos a aplicarnos brillo chicas---Escuche la voz de Amanda Bruni y sus amigas, Yo corrí, entre a uno de los baños privados, cerré la puerta con seguro y me pare sobre el retrete, y casi que aguantando respiración escuche lo que hablaban mientras ellas elogiaban su belleza.

---Alice desapareció---Dijo una de las amigas de Amanda

Amanda se burlo desaforada  y dijo mientras soltaba carcajadas---Obvio, podría dañar el lente de la cámara, es que realmente no la han visto?---  Siguió acariciando su cabello. Y luego una de sus amigas dijo con una risita nerviosa---Pero pues ni tan fea, he escuchado que Agustín la visita y…---Amanda la interrumpió---No me hagas reír!!! Agustín nunca haría eso, es la niña más fea de segundo y de toda la secundaria, pobrecita!!! Me da lástima---Las chicas salieron del baño, mientras lagrimas salían de mis ojos, baje con cuidado sin hacer ruido y Salí del baño directo hacia mi casa, pero me tropecé  con él.

Sonriendo con su perfecta dentadura y sus ojos expresando alegría dijo---Te dije que te debía tu regalo de cumpleaños y dicen que mejor tarde que nunca---Agustín saco una cadenita finamente bañada en plata, bueno eso siempre creí, pero no me importaba, colgaba de ella la letra A, me la puso delicadamente en mi cuello, sonrió y mirándome fijamente a los ojos dijo---Mis ahorros de trabajar con mi abuelo, lleva la letra A, pues…(avergonzado) por nuestros nombres, y me gustaría que salieras en la foto que tomaran hoy con ella---Lo mire, sabía que mis ojos eran un par de faros y que el había encendido una luz en mi alma ese día.

Tenía ese carnet en mis manos, Salí con una sonrisa en mi rostro y la cadena brillaba con el flash de la cámara, fue cuando vi que sobre la foto cayo una gota de agua, eran las lagrimas que se derramaban por mi rostro en ese momento, me encontraba sentada afuera de la casa y no quería que los arboles me vieran llorar, así que limpie mis lagrimas y guarde el carnet en un cofre en el cual también estaba la medallita que cargaba mi inicial. Tome algunos palos y los ubique en medio del gran campo abierto que había frente a la casa, quería hacer una fogata cuando cayera la noche.

---Si pretendes hacer una fogata con tan poca leña no lograras nada--- dijo Agustín saliendo del lado derecho del bosque, los rayos del sol hacía que sus cabellos casi dorados brillaran; yo indecentemente sin saludarlo pregunte---Que quieres?---El freno sus pasos y me miro algo decepcionado y con una voz baja dijo---Solo, quería ayudarte, pero… Creo que no lo necesitas---El dio la espalda y se introdujo en el espeso bosque. Fue en el momento que pensé que la noche anterior le había dado la oportunidad a un extraño de dormir a mi lado, y porque no a él, que solo quería ayudar.

---Agustín!!!---Grite, esperando ver sus emocionados ojos azul oscuro salir entre el verde salvaje. Espere unos segundos y me di por vencida, busque donde podía encontrar más leña. Escuche unos pasos salir del bosque y era él, y en sus manos traía aquello que tanto estaba buscando.

(leer con melodía)

Los minutos pasaban como horas de preguntas y sonrisas, me daba miedo rozar mi piel con su piel, creía que una descarga eléctrica pasaría por nuestros cuerpos. Me contaba que su familia vivía en la ciudad y el estaba aquí hace un tiempo por una decepción que había tenido, no me dijo de qué, pero en su mirar se veía que era amorosa, compartíamos ideas, gustos, pero algo que si no compartíamos era en hacer una fogata, yo me veía perdida mientras el logro hacer fuego fácilmente, y así vimos como el atardecer renunciaba a su implacable reino para dejar a la luna tomar el poder. Me sentía en confianza y podía notar como todo se borraba de mi mente, hasta la gran tenebrosa casa que teníamos detrás desaparecía o quedaba como un adorno más de la preciosa vista que nos otorgaba el firmamento.

---Alguna vez escuche que las estrellas son almas---Dijo Agustín mientras me acariciaba el cabello, yo lo mire y mi corazón se abrió, y no solo eso, mi mente y sobre todo mi boca---Allí esta mi  novio---Hubo un silencio, había evitado esta conversación por tanto tiempo, que me tembló la quijada al decirlo, el me miro fijamente a los ojos, podía ver las llamas de la fogata reflejada en su azul intenso y dijo---Estas huyendo de el?---Lo único que pude responder inmediatamente fue un trago de saliva y luego las manos me temblaron y Agustín las envolvió en las suyas y susurro en mi oído---No es necesario que lo hagas, vendré todos los días al caer el sol, traeré leña, tu pondrás los malvaviscos (sonrió) y luego contaremos estrellas, y lo que tu mas desees---yo me compuse y lo mire muy seria diciendo---Quien eres?--- y el soltó un hilo de voz que golpeo mi respirar---Agustín---yo tape mi cara con mis manos intentando suspirar, y en esta posición casi rogando pronuncie---dime que tienes otro nombre por favor---Y aclarando su voz dijo---Eutemelio---soltó la risa y siguió---Agustín Es el único nombre que me pusieron mis padres, lamento que no te guste---Yo sonreí y solo pude susurrar---Todos los días al caer el sol, traerás leña y yo pondré los malvaviscos---

La mañana se me hacia eterna entre picar fruta, escribir un poco e intentar verme algo agradable, sentía que mis pensamientos se borraban, que tomaba la más dulce dopamina, que invadía mi sentir, dopando mi cerebro y mis recuerdos.

Un día Fogata, chistes, algo de historia de las colonias americanas, una larga despedida.

Otro día, Fogata, Mitos y leyendas, abrazos para que no me diera miedo y algunos besos en la frente mas otra larga despedida.

Al siguiente, llovió, corrimos bajo la lluvia como locos desenfrenados, escampando luego en la sala de la casa, lo invadí de preguntas a las cuale,s todas respondio con amable sonrisa.

Un día después, Fogata, poemas, automóviles y entre otras cosas; allí estaba yo hablando por celular con mi padre el cual quería visitarme, colgué el teléfono y el acariciando mis mejillas dijo---Mañana habrá lluvia de estrellas, y desde acá podremos ver perfectamente el firmamento, nos vemos al caer el sol---desapareció entre los árboles y yo procedí a cerrar con los dos seguros, cuando me di la vuelta para subir al segundo piso vi como la puerta de el sótano  se cerraba lentamente, hasta pude escuchar su seguro al cerrarse totalmente, me quede observándola algo anonadada, mire mi reloj y marcaban las 12pm, quite los dos seguros y Salí gritando hacia la derecha del bosque---Agustín!!! Es muy tarde para andar entre el bosque, Agustín!!!--- esperaba que apareciera entre las sombras, pero también pensaba que 1600 pasos como el mismo lo había dicho no era mucho, pensaba en qué tal si yo andaba esos 1600 pasos, pero no sabía que miedo me invadía mas, el de el bosque o el de la casa.

Me preparaba para dormir, ya a salvo dentro de la casa, con los dos seguros puestos, por supuesto. tome mis cobijas y me envolví en ellas como si fuera una armadura que me protegería de la noche y salte del susto cuando mi celular sonó, era Liza, mi mejor amiga, pero decidí rechazar la llamada, no quería impregnarme de lo que sucedía en la ciudad, fue en ese momento cuando me dio la ocurrencia de mirar las llamadas realizadas, y me lleve una gran sorpresa al darme cuenta que el numero de Dante no estaba registrado como llamada, el me había mentido, yo nunca lo llame y mi momento de sorpresa lo suspendió el sonido de una puerta que se abría en el primer piso.

Llegue a un cuarto totalmente blanco, mas blanco que el vestido que tenía el día anterior, camine entre el frio ambiente y vi una sábana blanca que tapaba el cuerpo de alguien, me  aferre al brazo de mi madre al ver los pies de aquella persona que era lo único que sobresalía bajo la manta. Mi respiración se aceleraba y mis lagrimas salían desbordadas. La forense se puso enfrente del cuerpo, preparada para levantar la sabana y yo apreté mi rostro contra el brazo de mi madre y le susurre--- Es el verdad?, Agustín está ahí?---Ella haciendo conjunto con el frio lugar dijo---Si, es el--- Pude observar con el rabillo del ojo y vi su perfecto cabello negro azabache, el cual se resaltaba por culpa de las pálidas paredes.

Salí de ese lugar abrazada a mi madre y fue cuando vi a una mujer alta, rubia y algo mostrona para su edad, la mujer lloraba desconsolada, abrazada a un hombre menor, el cual la besaba en su frente y le decía---Cálmate, cálmate---Era la madre de Amanda Bruni. Mire a mi madre y ella dijo---Encontraron a Amanda en el sótano de su casa, anoche, con 4 disparos justamente en el corazón, dicen que la asesinaron---La mire sorprendida y al mismo tiempo anonadada, luego voltee a mirar a la pobre mujer y le grite como demente--- A qué hora? A qué hora asesinaron a su hija? --- El hombre me miro como si me quisiera estrangular, la madre de Amanda me miro y dijo muy suave---Antes de las 9 de la noche--- mis manos tocaron mi pecho sintiendo el palpitar agitado de mi corazón y mire a mi madre con una idea en mente. 

1 comentario:

  1. Creo que hay veladas envidiables y precisamente perderse como espectador ante una fogata como esta, nos deja saber que hay más cosas que anhelamos que las que podemos identificar y tan si quiera imaginar, me encanta el juego entre los personajes, los escenarios... la tensión, el suspenso y el amor que se respira... solo se puede suspirar a cada linea, me encanta!

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